Daltónico. 50 años. Te dan unas gafas con las que, por fin, puedes ver todos los colores. Te emocionas. Lloras de alegría y gritas:
– ¡Cariño, la puerta es… es… es roja!
– Burdeos. Es burdeos.
Daltónico. 50 años. Te dan unas gafas con las que, por fin, puedes ver todos los colores. Te emocionas. Lloras de alegría y gritas:
– ¡Cariño, la puerta es… es… es roja!
– Burdeos. Es burdeos.
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