Dos hombres acaban de morir y los recibe Dios.
– Bienvenidos, aquí no hay trabajo, ni dinero, ni escuelas ni hospitales.
– ¿Coño, llegamos a Venezuela!
Dos hombres acaban de morir y los recibe Dios.
– Bienvenidos, aquí no hay trabajo, ni dinero, ni escuelas ni hospitales.
– ¿Coño, llegamos a Venezuela!
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