– Papá, Papá, dame las galletas.
– Cójelas tu, hija mía.
– Pero es que no tengo brazos…
– Ahhh, ¡No hay brazos, no hay galletas!
– Papá, Papá, dame las galletas.
– Cójelas tu, hija mía.
– Pero es que no tengo brazos…
– Ahhh, ¡No hay brazos, no hay galletas!
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