Un padre y su hijo tienen un accidente en el coche y el padre se despierta 3 días más tarde.
– Dígame la verdad, doctor. ¿Cómo está mi hijo?
– Lamentablemente no va poder volverle a tocar las orejas.
– ¡Ay pobre! ¿Perdió las orejas?
– No, usted perdió los brazos.
Deja una respuesta