– Después de muchas pruebas, lamento decirle que padece usted el síndrome de Bráligan.
– ¿Y tiene cura, doctor?
– Todavía no lo sabemos, señor Bráligan
– Después de muchas pruebas, lamento decirle que padece usted el síndrome de Bráligan.
– ¿Y tiene cura, doctor?
– Todavía no lo sabemos, señor Bráligan
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